Jesucristo, el Autor de la vida (Act 3,15), nos va a convocar, uno a uno, sea cual sea nuestro acervo cultural, para realizar este Examen de la Misericordia de cuya calificación final va a depender alcanzar la suprema felicidad de ver a Dios cara a cara, último destino del hombre y la mujer de ayer de hoy y de mañana, esté donde esté.